Podemos observar un ambiente tenebroso, con una niebla
espesa que no te deja ver a escasos metros de ti, esa niebla mañanera que se te
clava intensamente en la piel. El agua está en calma, y aunque esté un poco
turbia, se puede ver el cielo grisáceo y los arboles espeluznantes reflejados
en ella, como si de un espejo se tratara. Los árboles se alzan como grandes
rascacielos. Todo parece estar en silencio, como si la naturaleza observase
todo a su alrededor. Las hojas caídas crean mantas enteras con todos los
colores otoñales como el naranja, el amarillo, o el rojo. Algunas de ellas
flotan ligeramente en la superficie del agua como náufragos llevados por la
corriente, mientras que las otras caen lentamente hasta llegar al suelo y
formar parte de la gran gama de colores otoñales. Los juncos intentan abrirse
paso ente las rocas intentando sobrevivir como cualquier elemento de la naturaleza.
Hola Rubén:
ResponderEliminarBuena descripción, has utilizado muchos adjetivos intensificando lo que dices, Buen trabajo.
Un saludo, Lunática.