Ahmed es un niño Sirio de unos 12 años él es bajito, moreno y de pelo castaño. Le gusta mucho jugar al fútbol con sus amigos pero desde que estalló la guerra no ha vuelto a chutar un balón de fútbol y todo ha ido de mal en peor. Mohamed y su familia estaban comiendo todos juntos en la mesa de la cocina como un día cualquiera, de repente soldados de la guerra que se estaba luchando ahí fuera entraron a al casa en busca de nuevos reclutas. Mohamed corrió rápido a esconderse debajo de su cama, pero su hermano de 16 años y sus padres no corrieron la misma suerte ya que todos fueron ejecutados menos su hermano que fue recluido para luchar en el ejercito Sirio.
Desde entonces no ha pasado ni un solo día en el que Ahmed no recordara la escena de sus padres siendo mutilados por aquellos soldados. Viajó a través de Turquía y Argelia durante un par de años hasta llegar a Marruecos donde estuvo en los famosos campos de refugiados observando aquella valla metálica que le impide cruzar la frontera y estar a salvo de una vez por todas. Ahmed fue un chico afortunado ya que no tardó muchos días en cruzar aquella frontera y poder tener una vida más tranquila, con estudios y una familia de acogida. Pero Ahmed sigue recordando todos los momentos duros por los que tubo que pasar, que no fueron pocos asegura el joven y lo peor de todo es que esos recuerdos nunca se irán y seguirán atormentándole.
Carl, un chico Alemán de 14 años comparte con nosotros su opinión sobre lo que esta sucediendo. El joven nos cuenta que no comprende porque Europa no ayuda a todos los refugiados que se encuentran en la frontera ya que Europa mira hacia otro lado cuando todas estas personas necesitan ayuda urgente. ``Gracias a la guerra la vida de todas estas personas esta destrozada´´ comenta el joven Alemán. Él cree que todo este tipo de conflictos como guerras civiles deberían parar de inmediato porque con esto no se va a ningún lado.
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